domingo, 20 de mayo de 2007

3. Cultura El Molle, Período Agroalfarero Temprano (100 a. C. - 700 d.C.):


Al finalizar el período Arcaico, fueron introducidas algunas innovaciones desde el Área Andina Central (Perú y Bolivia), las cuales fueron tomadas por las poblaciones locales y adaptadas de acuerdo a sus necesidades. Dichas innovaciones corresponden a la domesticación de plantas y animales (agricultura y ganadería), además de la alfarería.

La Cultura El Molle es el grupo local que se desarrolla durante este período en Atacama, el cual ocupó una vasta extensión que va desde el río Salado por el norte, hasta el río Choapa por el sur. Se tiene información de que estaría presente inclusive en la falda oriental de los Andes, en Argentina (Provincia de San Juan). El Complejo El Molle comprende una buena parte de lo que hoy conocemos como las regiones de Atacama y Coquimbo, siendo los primeros grupos de la zona en incorporar la alfarería y la agricultura.

En el valle de Copiapó se ha identificado al Complejo El Molle como un grupo social sedentario, que vive en aldeas aglutinadas (p. ej: El Torín, Cabra Atada, Carrizalillo Chico) y que convive cerca de sus muertos, presentándose en gran cantidad lo que conocemos como túmulos funerarios, es decir, grandes tumbas constituidas por montículos de tierra y piedras de forma circular. Las tumbas se componen de una fosa cónica subterránea que alberga varios individuos cubiertos por piedras y esteras de madera, rodeados por ofrendas cerámicas, líticas y algunos objetos de metal.

En los cementerios es posible apreciar la existencia de una jerarquía social diferencial entre los individuos de la sociedad Molle, lo cual es observable a través de la cantidad y tipo de ofrendas fúnebres que acompañan al cuerpo del difunto, siendo esto reflejo de su estatus en vida. En la 3º región hay estructuras habitacionales asociadas a enterratorios, pero desde el Valle del Elqui al sur no existe el mismo tipo de sitios de aldeas ni tampoco túmulos funerarios como en Copiapó y Huasco.

Desde Huasco hacia el sur, se encuentran diversos grabados en la roca o “petroglifos”, los cuales son una manifestación visual de sus creencias religiosas y aspectos simbólicos de su cultura, que lamentablemente son muy difíciles de interpretar en la actualidad. En el Valle del Huasco y el norte del Elqui, se conoce el estilo de arte rupestre denominado “La Silla”, el cual representa camélidos, personajes humanos y un sinnúmero de otros motivos geométricos compuestos.


La domesticación es un proceso de transformación genética de especies silvestres por selección y manipulación humana, a partir del cual surge una nueva diversidad biológica que depende del ser humano para su reproducción en el tiempo. Todas las plantas cultivables y animales domésticos no existían como tales antes del ser humano, ya que este los transformó a partir de su antepasado salvaje.

La domesticación de plantas y animales es un proceso que en América se dio de modo independiente al resto del mundo (desde hace 6.000 años), produciendo una variedad de especies propias de este continente. Las principales plantas domésticas americanas son el maíz, la papa, el zapallo, los porotos, la quínoa, la coca y el ají para los Andes, mientras que las paltas, el tabaco, la mandioca, el tomate y también el maíz, para la zona caribeña y mesoamericana.

En cuanto a animales domésticos, los principales fueron la llama, la alpaca y el cuy para los Andes, mientras que el pavo fue para Mesoamérica.


En cuanto a las actividades de subsistencia, este grupo sigue practicando la recolección de frutos de chañar y de algarrobo entre otros, pero ello lo complementa con la actividad agrícola, que queda demostrada gracias al hallazgo de palas y azadones de piedra, utilizando además regadío artificial con acequias desde los ríos. Así fue posible obtener diversos tipos de curcubitáceas (calabazas y zapallo), maíz y quínoa. Otro tipo de actividades identificadas son el trabajo del cobre nativo a través del martillado, la caza de guanacos y posiblemente el comienzo de la ganadería de llamas.

La alfarería o cerámica Molle es monocroma (sin pintura), o con decoración incisa (grabada) en la pieza. Dentro de sus prácticas rituales se ha identificado el uso pipas de piedra en forma de T invertida para consumo de alucinógenos. Como distintivo grupal, el uso del tembetá como adorno labial y las orejeras, fue una práctica generalizada entre los Molle.

Las investigaciones orientadas a identificar la presencia Molle en la costa han sido muy escasas, incluso hoy en día existen muy pocas evidencias de productos marítimos en sitios del interior. Sólo en la zona de Illapel, Caleta Arrayán y Quebrada del Encanto se encuentran sitios costeros con ocupaciones cortas, pero muy reiteradas.



Algunos tipos de vasijas de la Cultura El Molle.


Petroglifos estilo Cerro La Silla, del sitio del mismo nombre.






Petroglifos estilo Cerro La Silla de Las Breas (Valle del Carmen)


Petroglifos estilo Cerro La Silla de la quebrada de La Totora (Valle del Tránsito)